Pues parece que ya, por fin, está llegando el frio

Pues parece que ya, por fin, está llegando el frio. Vaya cachondeo de tiempo y de ropa. Y es que esta bendita ciudad es así. No corras mucho en sacar la ropa de invierno que tal como te la pongas, te la quitas. Eso es así, ¿verdad? Aquí el que monte una tienda de forros polares tiene de margen tres meses y quizás menos, y de futuro regular. Ya estaba yo viendo en los palcos de la plaza de San Francisco a las familias merendando “mantecaos de limón y rosquitos de vino” viendo pasar a los nazarenos. Porque Sevilla es así, señores. Cuando llueve, la alcantarillas “acolapsá”. Cuando hace frio, como no estamos acostumbrados, la mesa de camilla echando fuego. Y cuando hace calor… cuando hace calor… tela marinera, “Sahara puro”.

¿Y ahora que toca? El mes de Diciembre. Si me permitís, me gustaría contaros, desde la nostalgia y el más bello recuerdo, momentos que impregnan este mes para mí. Intentaré no caer en los tópicos típicos de buenas voluntades y fraternidad, ya que ya sabéis que para mí el año entero es perfecto para ser bueno y cercano con lo demás y con uno mismo.

¿Qué es para ti Diciembre? … A mí me huele a “Castañas asás”. Es inevitable. Ese cartuchito de castañas, que por cierto cada día valen más y traen menos, dando un paseo por el centro viendo los escaparates, y digo viendo porque gastar está reservado para las cenas con la familia, los Reyes, Papa Noel, las comidas con los Amigos, las otras comidas con los vecinos, las otras comidas con los compañeros de trabajo, las otras comidas con… ¡Qué de comidas! Todo el día comiendo. El Corte inglés, en vez de regalar cestas de Navidades, debería regalar básculas. ¡Qué manera de comer, por Dios! El de la tienda de forros polares debería abrir mejor una tienda de esas de adelgazar. Aquí, en esta bendita tierra, se tapea y se come durante todo el año. Bueno, que me lio. “Las castañas”. ¿Y la que viene con la piel pegada? Esa castaña que te pone el dedo negro (claro, son asadas) y no hay fórmula de ingeniería para quitar el trocito de piel ese que te falta y que ya no aguantas mas, te la metes en la boca y te amarga el sabor o la que viene con el gusanito, que le das vueltas para ver si la puedes aprovechar… Amigos, me da igual la piel y los gusanitos. A mi diciembre me huele a “Castañas Asás”.

¿Y los Árboles de Navidad y el “Hay que montar el portal de belén”? ¿Alguien me puede explicar a mi por qué compramos 50 bolas de Navidad en Ikea si en los árboles nada más que caben, como mucho, 10 o 12 ya que también compramos cinta para rodearlo, luces que marean, estrellitas de diferentes tamaños, campanitas que no suenan, animalitos plateados…? ¿Dónde estará el árbol ese en el que se fijó el que inventó que teníamos que poner uno en nuestras casas? Mínimo sería como el Drago milenario de Tenerife, vamos. Pues, ¿Sabéis una cosa? Yo tengo uno que me encanta poner en la entrada de casa y con todos sus avíos, ¿eh? Caso aparte es el portal de Belén. Desde ya, aviso: Prohibido comprar serrín, musgo y sucedáneos. Como lo hagáis os acompañarán las mijitas hasta Agosto. ¿Y la figurita del que hace caquita? Pues todos tenemos una. ¿Y el arroyuelo de papel de plata? Que te mueres de ganas de inventar algo para poner agüita de verdad pero todos los años te coge el toro y no se te ocurre nada… Amigos míos, el nacimiento hay que ponerlo grande y con todos sus protagonistas. Con sus montañas de corcho y sus palmeras de plástico y su papel pegado en la pared con el paisaje y las estrellas… ¡¡¡hombre, por favor!!!

Esto podría ser una descripción familiar de lo que nos deparará este mes precioso. Y podría ser mas detallista, e incluso más típico, si hablase de villancicos, cabalgatas, año nuevo y regalos. Pero en esta ocasión, y en este rincón, prefiero ser más certero y deciros unas cuantas cosas que pretendo hacer en estos días señalados, permitídmelo:

No voy a escribir “wasaps” masivos, ni individuales. Voy a intentar quedar con las personas que tengo cerca y llamar con mi voz a los que tengo lejos. Voy a seguir trabajando, por supuesto, para seguir llenando vuestros momentos de felicidad. Voy a invitar a casa a todo el que pueda meter en ella. Voy a colaborar con todo el que me lo pida. Voy a portarme bien: no voy a criticar, ni mangar, ni mucho menos poner zancadillas. Voy a tener paciencia. Voy a cuidar de mi salud. Voy a ir antes de que me necesiten por si me necesitan. Voy a ser luchador, consciente y cabal. Voy a repartir y así recibiré. Voy a cuidar de los míos y a respetar a los que no lo son. Y todo esto no tenemos que serlo solo en Diciembre, Amigos. Diciembre es solo un mes más. El año tiene 12 meses llenos de luces bonitas, canciones entrañables y momentos mágicos para reunirse y quererse.

Como Padre que soy, es un mes que supone no solamente un esfuerzo económico y un balance del año. La sonrisa de un hijo y el propósito de procurársela debe estar de continuo durante todos los meses de cada uno de los años que nos toque ser guía y “estrella de la ilusión”. Como Amigo que soy, intentaré estar “cargadito de juguetes” para compartirlo con vosotros. Y como todo lo demás que soy, hijo, hermano, artista, amante de la vida y de las personas pondré mis cinco sentidos en ser mejor de Diciembre a Diciembre pasando por cada uno de los días del año y por cada uno de los años que me queden por vivir.

Feliz mes de Diciembre, Feliz Año y Feliz Vida.

Alejandro Vega

 

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”

Bertolt Brecht

 

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